Cómo algo, siendo tan perfecto, puede llegar a tener tantos fallos. Y es que, si no fuera por sus fallos, no sería tan perfecto.
Llevaba ya tiempo queriendo publicar alguna fotografía de mi propia cosecha, y no veía el momento, ni tampoco tenía ninguna que me convenciese. Ayer, debido a una fugaz visita a mi pueblo, tuve la oportunidad de desempolvar mi vieja cámara, y capturar alguna instantánea. Os muestro unas cuantas, a ver qué os parecen.